Pequeña Persona, Gran Desafío
Este niño refugiado en el Líbano es un ejemplo de los enormes desafíos que los misioneros autóctonos enfrentan para proveer ropa, agua potable, alimentos y medicinas. Con frecuencia los niños refugiados cuyos padres faltan debido a la guerra y las atrocidades en Siria o Iraq tienen necesidades que van más allá de las necesidades físicas y la falta de escolarización. Los padres angustiados recurren a los misioneros autóctonos en busca de ayuda. El director de un ministerio autóctono en el Líbano dijo: "Los que nos conocen en su mayoría solicitan oraciones. Ellos dicen: 'Vengan a orar con nosotros'. Usted se sorprendería por el número de pedidos de oración. Los misioneros autóctonos se despiertan cada día pensando en qué desafíos enfrentarán y cómo atraer más gente a Cristo. Ellos no ven ninguna esperanza terrenal para lo que está pasando, porque estamos limitados en lo que tenemos y lo que podemos hacer. La única esperanza es la esperanza a través de Cristo. Queremos ver más y más familias venir a Cristo".